Herencias olvidadas, oportunidades legales: ¿sabés cómo funcionan?
En Uruguay existe una figura legal única: la herencia yacente. Se aplica cuando una persona fallece sin testamento ni herederos conocidos. En esos casos, su patrimonio —bienes, derechos y obligaciones transmisibles— queda sin dueño aparente, y la ley establece un procedimiento claro para determinar su destino. Cualquier persona que tenga conocimiento de una herencia vacante puede denunciarla ante la justicia, y si se confirma que no existen herederos, el denunciante obtiene el 30 % del valor total de la herencia, mientras que el resto pasa al Estado para su administración, conforme a la normativa vigente.
En cuanto a la participación del Estado: hasta hace poco, la ANEP era el principal beneficiario de estas herencias. Sin embargo, la Rendición de Cuentas 2023 modificó esa prioridad: ahora los ministerios de Vivienda y Ordenamiento Territorial y de Desarrollo Social son los principales actores en la gestión de estos bienes, pudiendo participar activamente en todas las etapas del proceso judicial y fiscalizar la correcta administración de los inmuebles y recursos.
El proceso judicial
El procedimiento judicial comienza con la denuncia de herencia yacente, donde el denunciante acredita el fallecimiento del titular de los bienes y demuestra la ausencia de herederos. El juez ordena las publicaciones y notificaciones correspondientes para que posibles reclamantes puedan presentarse. Si nadie se manifiesta, la herencia se declara yacente y se dispone el pago del 30 % al denunciante, mientras que el resto se transfiere a los organismos públicos competentes, según lo establecido por la ley. A partir de esta intervención, los ministerios involucrados pueden oponerse, proponer medidas y fiscalizar la gestión de los bienes.
Qué bienes forman parte de una herencia yacente
El acervo hereditario puede incluir casas, apartamentos, terrenos, propiedades rurales, vehículos, obras de arte, muebles de valor, cuentas bancarias, acciones o depósitos. Incluso los bienes con deudas o cargas forman parte de la herencia, aunque su valor se ajusta neto de pasivos antes de la adjudicación final.
Beneficio personal y función social
El sistema cumple un doble objetivo: por un lado, reconocer y premiar la iniciativa ciudadana, otorgando al denunciante un beneficio económico legítimo; por otro, garantizar que los bienes no reclamados sean administrados de manera responsable por los organismos públicos, contribuyendo indirectamente a fines habitacionales o sociales. De esta forma, se combina un beneficio personal con un mecanismo de gestión que evita que los bienes queden abandonados o sin uso claro.
¿Qué pasa si una herencia incluye un bien con deudas superiores a su valor?
Reflexión final
La figura de la herencia yacente no es solo un mecanismo legal; es un ejemplo de cómo la ley puede equilibrar interés individual y bien común. Denunciar una herencia vacante permite obtener un beneficio legítimo, pero también contribuye a que los bienes sin dueño puedan ser gestionados de manera responsable, evitando que queden olvidados o desaprovechados. En última instancia, este proceso invita a los ciudadanos a participar activamente en la vida legal y social del país, mostrando que la responsabilidad y la iniciativa personal pueden generar un impacto positivo en la comunidad. Hacer uso de la herencia yacente no es solo un derecho, sino también un acto de compromiso con la sociedad.
.jpg)
0 Comentarios